Una boda llena de sorpresas y regalos, en la que lo primordial era la unión y el bien estar con todos los invitados. Rafa y Aida, una pareja en la que no solo les agradezco el que hayan contado conmigo para inmortalizar el día de su boda sino por el trato y la atención que recibí, me trataron como uno más de la familia, como un amigo más. Por ello, un millón de gracias...